Para ello, Salimos de Huaraz muy temprano rumbo a Yungay, donde arribamos en promedio de las 7:00 am, y luego de un caldito de cabeza y tomar una pastilla contra el mareo (mal de altura), nos dirigimos al paradero de combis que van a Yanama. Fue así que emprendimos el ascenso hasta Portachuelo, donde el frió es intenso, pero hay que tener puesto un chullo, guantes y ropa doble para soportar los vientos fríos que se entremezclan de los Callejones de Huaylas y de los Conchucos.
Aunque por ser de bajada, la senda no es tan fácil como parece. Lamentablemente olvidé llevar un chullo y el soroche estaba inquitándome, pero menos mal no pasó de ser una falsa alarma.
Desde la cima se tiene la mejor vista a los nevados Huascarán y Huandoy, siempre y cuando no hayan neblinas.
Desde Portachuelo se pueden ver pequeñas lagunas, y un poco de los nevados Huascarán y Huandoy, desde otro ángulo.
El trazo de la carretera de Llanganuco hacia Portachuelo
Era imposible no deternerse a observar con asombro todo el paisaje.
Esta vez, el Huascarán estuvo cubierto de nubes.
Un pequeño sendero nos indica el camino a seguir.
Mientras se desciende, nos encontraremos con estas caídas de agua que refrescan nuestro caminar.
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